José Luis Ortiz Santillán
La llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca ha revolucionado al planeta en medio de la pandemia por el COVI-19. La administración de Biden ha trastornado a la industria farmacéutica con su propuesta de suspender las patentes para hacer frente a la pandemia, sobre todo para que las personas en los países pobres puedan acceder a las vacunas, tema en el cual los países europeos se encuentran divididos, aun cuando la Unión Europea mantiene una posibilidad de levantamiento de patentes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, dijo el jueves por la mañana que estaba lista para discutir el levantamiento de patentes de las vacunas contra COVID-19. Un cambio de opinión vinculado al anuncio, pues antes la administración de Biden había invitado a los países ricos a avalar su propuesta y caminar juntos en esa dirección, pues de nada sirve que una parte de la población mundial este vacunada si la otra se encuentra a merced de los contagios y la propagación.
Algo extraordinario que en la era de Donald Trump sería impensable. Los Estados Unidos se acaban de sumar a la demanda de India y Sudáfrica, países que exigen el levantamiento temporal de las patentes de vacunas contra COVID-19 y la Unión Europea se dice estar dispuesta a discutirlo el tema; algo extraordinario que, ha tomado por sorpresa a los fabricantes de las vacunas, pues incuestionablemente afectará sus ganancias, pero plantea ahora problemas de producción masiva de las vacunas.
Ahora la discusión de este tema se ha trasladado a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los fabricantes de las vacunas se enfrentan a con los representantes de los países más pobres del planeta, quienes desean tener un mejor acceso a la vacunación contra COVID-19 y no ser excluidos por el mercado; las cuales han recibido el espaldarazo del presidente Biden, quien anunció el miércoles pasado que estaba a favor de un levantamiento temporal de la propiedad intelectual sobre las patentes de las vacunas COVID-19 para acelerar la producción.
Después del revuelo mundial por ese posicionamiento de los Estados Unidos, el enfrentamiento con los laboratorios está en el aire. El jueves por la mañana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, señaló que está lista para discutirlo el tema y enfrentar juntos la crisis de salud mundial; por lo que, “si las circunstancias extraordinarias de la pandemia COVID-19 exigen medidas extraordinarias”, ella está dispuesta a tomarlas; mientras que la representante comercial de los Estados Unidos en la OMC, Katherine Tai, precisaba que la administración Biden “cree firmemente en la protección de la propiedad intelectual, pero, para poner fin a esta pandemia, apoya el levantamiento de estas protecciones para las vacunas COVID-19”, dejando clara la posición de su país.
Los medios precisan que la reunión del Consejo General de la OMC del miércoles pasado no permitió llegar a un acuerdo sobre este tema. Sin embargo, las discusiones continuar y se han intensificado después del posicionamiento de los Estados Unidos, pues al declararse a favor del levantamiento de los derechos de propiedad intelectual sobre la vacuna, la administración Biden ha provocado una revolución mundial que enfrenta a los fabricantes de las vacunas con países pobres; por lo pronto en el seno de la OMC, apoyado por Sudáfrica y la India, hay un proyecto de acuerdo para aumentar la producción de vacunas ANTI-COVID-19, para hacer una distribución más amplia en todos los países pobres.
Aun cuando la producción ya se ha duplicado, de 4 mil millones de dosis el año pasado a 8.5 mil millones esperados para este año, el Director General de la OMC ha propuesto un objetivo anual de 15 mil millones de dosis. Sin embargo, los productores y las criticas señalan que, relajar las reglas de propiedad intelectual no es la solución del problema, pues no hace falta solo tener la receta, sino los medios para producir la vacuna y los conocimientos, según los expertos, algo que defiende Alemania, quien se opone al levantamiento de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas en nombre de la innovación.
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