José Luis Ortiz Santillán

Durante las crisis económicas, normalmente suele crecer el empleo femenino, pero la crisis actual no es como las anteriores. La crisis económica por la pandemia del COVID-19 ha provocado que las mujeres vieran reducir sus ingresos por más de 800 mil millones de dólares en 2020, de acuerdo a un informe de la ONG OXFAM, con sede en Londres.

Las pérdidas en los ingresos de las mujeres en el mundo fueron cuantificadas como una pérdida de salario en 2020. Las estimaciones conservadoras de la ONG, que no incluye los empleos en la economía informal, en la cual trabajan millones de mujeres en el planeta, señalan que el empleo entre las mujeres cayó un 5% en 2020, en comparación con el 3.9% en los hombres; este comportamiento muestra que millones de mujeres en el mundo debieron quedarse en sus casas y perder sus empleos, al priorizar las empresas la contratación de hombres.

La pandemia por el COVID-19 está afectando todas las actividades de la humanidad, afectando a las empresas, al gobierno y a los hogares, no solo en temas relacionados con la salud, sino está mostrando sus externalidades en diversas áreas. De la lectura del informe de OXFAM, se desprende que la pandemia ha traído consecuencias económicas terribles para las mujeres en el mundo, debido a que las mujeres laboran en las posiciones más expuestas a contagios, en comercios o prestación de servicios en general, en hospitales, tiendas agencias de viajes, entre tantas otras.

En opinión de Gabriela Bucher, Directora Ejecutiva de OXFAM Internacional, las mujeres no sólo están presentes en los sectores más afectados por la pandemia, en puestos peor remunerados, con menos protección y seguridad social; sino que, “las mujeres en todo el mundo perdieron al menos 800 mil millones en ingresos el año pasado”; lo que significa la perdida en los ingresos de las mujeres, que considerando “el PIB combinado de 98 países,” fue superior a “los 700 mil millones de dólares que ganó Amazon en la bolsa el año pasado o los 721 mil millones de dólares del presupuesto del Departamento de Defensa de Estados Unidos”, de acuerdo al informe de OXFAN; sin considerar “los salarios perdidos por los millones de mujeres que trabajan en la economía informal: trabajadoras domésticas, vendedoras de mercados y trabajadoras textiles, que han sido enviadas a casa o cuyas horas y salarios se han reducido considerablemente”, de acuerdo a la ONG.

De tal forma que, según la ONG, en todo el mundo, “más de 64 millones de mujeres perdieron su trabajo el año pasado”, lo cual representó una caída del 5%. Aun cuando en las crisis económicas normalmente se incrementa el empleo femenino, por ser este menos remunerado y porque cuando los hogares pierden los ingresos del varón o los varones, las mujeres son quienes salen a trabajar, en este caso el empleo de los hombres descendió solo en un 3.9%, de acuerdo con OXFAM.

En este contexto, mientras continúan las campañas de vacunación nacionales, se revelan las tasas de crecimiento negativas de la mayoría de los países. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló que el PIB registró un incremento de apenas 0.4%, en términos reales, en el primer trimestre de este año, respecto al último trimestre de 2019; mientras que en términos anuales se contrajo en 2.9%, respecto al mismo trimestre de 2019.

Nada extraordinario si vemos que los efectos de la crisis económica por la pandemia se siguen multiplicando en el mundo. Las primeras estimaciones publicadas este viernes en Alemania sobre el crecimiento en el primer trimestre revelan que, el PIB alemán cayó en 1.7%; mientras que en Francia apenas pudo crecer en 0.4%; por supuesto, nada comparado con el crecimiento extraordinario del 18.3% de China.

Pero lo cierto es que, en la medida que la economía mundial se recupera gradualmente de la pandemia, el Informe de OXFAN habla de la necesidad de que los gobiernos trabajen para lograr que las economías sean cada vez más igualitarias e inclusivas, recomendando que invertir para brindar apoyos considerando el género, la raza o el clima; buscando una recuperación económica justa y sostenible, que apoye la creación de empleos para las mujeres y el “trabajo de cuidados no remunerado a través de fuertes redes de seguridad social e infraestructura de cuidado…”, a fin de lograr un recuperación económica rápida, que ponga en el centro de su estrategia a la mujer.