Leopoldo Mendívil
SECRETARIO DE HACIENDA:
Ayer le comenté algunas de las muchas implicaciones negativas que tendría para México la promulgación de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), propuesta por Andrés Manuel López Obrador. Permítame continuar y terminar hoy:
De entrada, con la LIE México violaría el T-MEC, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico y distintos acuerdos para la promoción y protección recíproca de las inversiones que nuestro país tiene con la Unión Europea y otros países.
Todos estos tratados tienen cláusulas cremallera que en automático obligarían a México a indemnizar a las generadoras privadas de energía en razón de las inversiones realizadas y estimadas, conservadoramente, en 240 mil millones de pesos. Usted lo sabe, don Rogelio, eso es más del presupuesto de todo el sector salud.
Además, las empresas afectadas exigirían las ganancias no obtenidas por la cancelación unilateral de los contratos, tal vez unos 480 mil millones de pesos. No importa cuánto se pelee en los paneles internacionales de controversias inversionista-Estado, México perdería el caso. ¿De dónde va a salir el dinero, don Rogelio, si ya se acabaron los guardaditos? Ya ni le platico del espanto que provocaría en la inversión extranjera radicada en México, en otros sectores, ni del riesgo de que los países afectados aplicaran represalias económicas.
Ahora, vayamos a la CFE.
Un estudio realizado por el Centro de Investigación en Política Pública y el Instituto Mexicano de la Competitividad (abril 2021) indica que eliminar totalmente a los generadores privados exigiría a la empresa eléctrica nacional erogar 328 mil millones de pesos y si sólo se elimina la mitad, la paraestatal necesitaría 141 mil millones de pesos. Nuevamente, ¿de dónde saldría ese dinero? En todo caso y de existir tales recursos, ¿no sería preferible invertirlos en ampliar y modernizar la red de transmisión y distribución de la CFE?
Por cierto, el presidente se refiere a los generadores privados de energía, como “monopolios”. De entrada, si es plural, ya no se cumple la condición de dominio único del mercado. Monopolio es el que ahora él pretende volver a crear en la CFE.
Ahora pasemos al frente político.
A MORENA y aliados les faltan 56 votos para alcanzar la mayoría calificada y estar en condiciones de modificar la Constitución. Del PAN no saldrá un solo voto y del PRI… no lo sabemos. Los tricolores pueden ceder, bien sea que les compren sus votos, lo cual resultaría paradójico dada la acusación contra Ricardo Anaya, a quien la Fiscalía General de la República acusa de haber sido sobornado para aprobar la pasada Reforma Energética. O bien, que la 4T los amenace con que la FGR les abrirá un expediente sobre cualquier delito real, exagerado o ficticio.
Esto nos lleva al caso de Ricardo Anaya.
El conspicuo ex candidato a la Presidencia que tan irreverentemente confrontó a AMLO en 2018, no es monedita de oro, como él mismo dice. En mi opinión, es un político precoz y soberbio, pero eso no le haría culpable de la acusación que la FGR arma en su contra. A través de sus videos, Anaya ha exhibido lo endebles que son los argumentos de la Fiscalía y de su protegido, Emilio Lozoya, pero eso no es lo más relevante. El objetivo ya se habría cumplido: AMLO y la FGR han hecho que, ante la opinión pública, Anaya encarne el gólem perverso que hizo posible la Reforma Energética peñista.
Y ya con ésta me despido, don Rogelio.
Según AMLO, la Ley de la Industria Eléctrica busca “defender los intereses nacionales”. Mejor empecemos con que el presidente nos explique a todos qué entiende por intereses nacionales, pues mucho me temo que son los suyos y no los de México.
Investigación: Upa Ruiz upa@delfos.com.mx
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Blog: leopoldomendivil.com
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