Leopoldo Mendívil
NIÑEZ INVISIBLE
NURIA FERNÁNDEZ ESPRESATE, DIRECTORA DEL DIF NACIONAL:
Tus amigos no son los del mundo,
los que te olvidaron en este rincón.
Canción de Cri-Cri
No pongo en duda que usted sea “puro corazón” –como dice el presidente-, ni que sea una mujer “buena, de buenos sentimientos”, pero hace falta algo más que eso para dirigir el Sistema Nacional de Desarrollo Integral de las Familias y, por ende, de protección a la infancia. Si México ya estaba mal en la atención a la niñez, con la pandemia, los rezagos se exacerbaron y tal parece que el bienestar de los menores no está en el radar de la 4T más allá de las dádivas mensuales.
Mire nada más, doña Nuria: un estudio mundial del Imperial College de Londres indica México ocupa el primer lugar en huérfanos debido al COVID. Hablamos de 178 mil menores que perdieron a ambos padres y 276 mil que se quedaron sin sus cuidadores primarios y secundarios.
El COVID ya cumple dos años y es fecha que no conocemos cuál es la política pública para atender un problema de tal gravedad, que deja a los niños en una condición extrema de vulnerabilidad, pues se traduce en pobreza, pero también en alto riesgo de explotación infantil, abandono escolar y violencia sexual, según concluye el Balance Anual de la Red por los Derechos de la Infancia en México 2021.
Y hablando de COVID, póngase de acuerdo con la maestra Delfina Gómez, secretaria de Educación, para el regreso a clases ante esta cuarta ola que nos afecta. Supongo que ahora el DIF nacional será el responsable de la coordinación interinstitucional, pues el Sistema Nacional de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (SIPINNA) no tiene titular desde marzo de 2021 y a nuestro presidente que tanto le gusta trastocar las instituciones, ya amenazó con subsumir el SIPINNA al DIF, siendo que estaban al revés.
Volviendo a la educación, usted que ha ejercido como periodista los últimos años debe saber que México sumó 50 semanas sin clases presenciales durante 2020 y 2021, y que 1.5 millones de menores no se reinscribieron al actual ciclo escolar. No voy a discutir la obvia importancia del regreso a clases presenciales, desde el punto de vista académico, social y emocional. No obstante, me preocupa que desde la SEP se minimicen los contagios en escuelas, al tiempo que no genera un procedimiento formal para hacer de los planteles un espacio seguro para los niños, lo mismo que el transporte público.
Le sugiero que lea con mucho cuidado el Balance Anual del REDIM; es para poner los pelos de punta. El pasado año, 994 menores fueron asesinados dolosamente y mil 246 fueron víctimas de homicidio culposo; peor todavía, 778 murieron por la violencia armada. La mayoría de las víctimas fueron varones y la diferencia de género es importante para atender el problema. Aun cuando la seguridad pública depende de las policías estatales, las familias que sufren estos crímenes -o que hasta por omisión los permiten-, serán parte de su responsabilidad.
Otra dimensión de la violencia hacia los menores indica que casi 13 mil fueron hospitalizados por violencia familiar, 88 por ciento de los cuales eran del género femenino, lo cual nos habla de un problema distinto al descrito en el párrafo anterior.
Al conocer las cifras de violencia generadas por ambos problemas me queda claro que el pueblo no es bueno, ni sabio. Mucho tendrá usted que trabajar, junto con los DIF estatales, varias secretarías y espero que también con organismos de la sociedad civil, para encontrar una estrategia nueva y eficiente en el corto y mediano plazos; la actual no da resultados.
En fin, doña Nuria, que se sacó usted la rifa del tigre.
Ojalá su buen corazón lo pueda domar y pronto.
Investigación: Upa Ruiz upa@delfos.com.mx
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