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jueves, 3 de marzo de 2022

Vergüenza diplomática

 


Jesús Zambrano Grijalva

En medio de la desesperación y con la intención de sacudirse el escandaloso y bochornoso acto de corrupción de su hijo por la llamada “casa gris”, el presidente López Obrador ha recurrido a cuatro mañosos distractores que crearon tensiones absurdas con otras naciones y que se han colocado entre los hechos más vergonzosos de la historia diplomática de nuestro país:

 

  • - Primero arremetió contra la canciller de Panamá, Erika Mouynes. La llamó “inquisidora” porque le rechazó a un acosador sexual que había propuesto como embajador.

  • - Luego planteó hacer “una pausa” en las relaciones con España, nuestro segundo socio comercial más importante, según él para “que no nos vean como tierra de conquista.”

  • - Después divulgó una carta que había enviado en octubre de 2020 al presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, para exigirle que regresara a México el penacho de Moctezuma.

  • - Posteriormente acusó al gobierno de Joe Biden de supuestamente financiar las investigaciones periodísticas que han demostrado la corrupción de la 4T.

Este último distractor escaló a un nivel más alto cuando el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en vísperas del conflicto entre Rusia y Ucrania, se tomó un momento, el martes 22 de febrero por la noche, para escribir un tweet donde señala que “El alto número de periodistas asesinados en México este año y las continuas amenazas que enfrentan son preocupantes.”

Al día siguiente y desde su púlpito mañanero, el presidente López Obrador respondió calificando al gobierno de Estados Unidos de injerencista y los volvió a acusar de estar financiando investigaciones en su contra: “Me gustaría que, ya que está opinando el señor Blinken, informe porqué están financiando a un grupo opositor a un gobierno legal, legítimo, ¿por qué le están dando dinero al grupo de Claudio X. González? Que me responda eso, y pedirle de favor que se informe y no actúen de manera injerencista, porque México no es colonia de Estados Unidos ni es un protectorado, es libre, independiente y soberano.”

Lastimosamente, ese mismo día la realidad atroz alcanzó al presidente López Obrador y le dio la razón a Antony Blinken: Jorge Camero Zazueta, director del portal de noticias El Informativo, se convirtió en el séptimo periodista asesinado en lo que va del año, alcanzando así, en menos de dos meses, la cifra inadmisible de asesinatos de periodistas de todo 2021. 

El presidente López Obrador, en lugar de tomar acciones frente a la violencia que azota a los periodistas y en general a todo el país, ha decidido doblar su apuesta a la narrativa “antiyanqui” y enfocarse en un pleito con el gobierno de Joe Biden en el que lleva todas las de perder y en el que además está poniendo en peligro la relación con nuestro vecino y principal socio comercial.

Desafortunadamente la vergüenza diplomática no terminó ahí. El jueves pasado, cuando se daba la injustificada intervención militar rusa en Ucrania y el mundo entero condenaba lo sucedido, el gobierno mexicano se resistió a hacerlo. Fue hasta la noche del día siguiente que el canciller, Marcelo Ebrard, expresó una firme condena e instruyó a nuestro representante en la ONU, Juan Ramón de la Fuente, a hacer lo propio en el Consejo de Seguridad. Sin embargo, parece que estas posturas fueron aisladas porque en la mañanera del pasado martes, el presidente López Obrador insistió en su postura mediocre y timorata cuando aclaró que México no implementará sanciones económicas ni represalias contra Rusia.  

En todo este contexto cabe preguntarse ¿Cuáles son las razones para esta reticencia presidencial y su coqueteo con la autocracia rusa? Como lo he comentado con anterioridad es una postura polémica con la que busca distraernos del escandaloso acto de corrupción de su hijo, de la violencia que azota al país y de su ineptitud para enfrentar la pandemia.

Otra razón que también he comentado es que le sirve para nutrir su discurso “antiyanqui”. El presidente López Obrador está en el mal entendido de que una postura así representa un antagonismo al gobierno de los Estados Unidos, lo cual, además de ser vergonzoso, es muy peligroso. Sin embargo, el enfrentamiento con el gobierno de Joe Biden ha sido tan reiterado que cabe la posibilidad de que López Obrador esté sumando otra vergüenza diplomática: hacerle el trabajo sucio a su amigo Donald Trump, quien apenas la semana pasada elogió la ofensiva de Vladimir Putin y declaró que él podría aplicar una estrategia similar para pacificar la frontera con México.

 

Jesús Zambrano Grijalva

@Jesus_ZambranoG

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