Cuando ya sólo la DEA lo recordaba, la aprehensión de Rafael Caro Quintero causó sorpresa primero, y luego generó innumerables dudas, incógnitas y teorías.

 Los hechos que ocurrieron alrededor y durante la captura dieron pauta para las mentes maliciosas. Para empezar, que sucede un par de días después del regreso del Presidente tras su encuentro con el mandatario norteamericano.

También, luego de que el enfrentamiento y la detención de una decena de presuntos delincuentes en Topilejo revelara la presencia del Cartel de Sinaloa en la ciudad de México, y de paso recordará la claudicación del estado frente al poderío de los “chapitos” al tener que soltar a Ovidio, hecho del cual se han cumplido dos años y nueve meses, sin que se vea intención alguna de molestar al supuesto mafioso.

A partir de ahí se han producido las suposiciones: que tal vez fue una instrucción del gobierno norteamericano, transmitida al más alto nivel; que se trata de una cortina de humo para desviar la atención de Topilejo y la impunidad de los chapos; que coincidentemente el día del hallazgo de Caro mandan al hospital a Félix Gallardo, otro de los capos de esa camada, luego de un año de súplicas del reo por su deteriorado estado de salud, y que se trataría de un hecho negociado a cambio de la probable delación.

La caída de uno de los helicópteros de la Marina que formó parte del operativo y la trágica muerte de catorce de sus integrantes también contribuyó a aumentar la confusión.

El boletín oficial sobre los hechos da cuenta primero de la captura de Caro, y a continuación relata el desplome fatal de la nave sin establecer relación entre los temas, más bien insinuando que no hay nexos entre ellos.

Horas más tarde el gobierno federal reconoció que el helicóptero y su tropa eran parte de la misión, con lo cual ha surgido también la duda de si el aparato simplemente falló, o lo “tumbaron” los narcos.

Para acabarla, la DEA presume que participó en la operación para pescar al ahora nuevamente preso, pero el ya célebre embajador de Estados Unidos en nuestro país lo niega.

Todo ello, en el apretado espacio de un fin de semana. Es de esperar que al pasar de los días, estas dudas se disipen, o se profundicen.