Fernando Schütte Elguero
Vivimos en un México sumamente agraviado, la desigualdad, la violencia, la pobreza, pero sobre todo la desesperanza generada por los políticos, donde sexenio a sexenio han venido traicionando a la ciudadanía, prometiendo a veces lo incumplible, pero también aquello que pudiendo cumplirse, no se logra y que la falta de voluntad política merma la credibilidad en los políticos. Las políticas públicas estaban bien definidas, el lenguaje de la clase política coincidía con las formas, sin embargo hoy los actores de la política nacional rompieron con las formas, muchos pensamos que sería el principio de un verdadero cambio, que México cambiaría en su sistema y con este cambio se acabaría con la corrupción, que habría una política social basada en la generación de oportunidades, que la seguridad pública sería el reflejo de un México más equitativo y justo.
Ahora las calles se llenan de ciudadanos inconformes, inconformes con las políticas públicas y con lo que parece ser una verdadera amenaza a la democracia, pero sobre todo al político que gobierna hoy en México. El estilo totalitario del presidente López Obrador disgusta a una buena parte de la ciudadanía, la forma en la que gobierna que es una mezcla de reto, burla y cinismo, la descalificación es parte de su defensa ante la crítica, es verdad que la crítica más popular en México no es lo suficientemente veraz y objetiva, pero hay otra crítica que podría haberle ayudado a gobernar, entendiendo que la crítica no provino de la oposición en virtud de ser prácticamente inexistente y que mucha de la prensa ha estado siendo impulsada y pagada por una parte del empresariado mexicano, coadyuvó a generar la polarización que hoy sufrimos.
Las últimas reformas constitucionales planteadas por el ejecutivo federal, me parecen un gran distractor, ya que no son propuestas lo suficientemente serias y necesarias.
Lo que viene es en lo que debemos poner atención, viene la sucesión presidencial y es ahí en donde veremos si tenemos a un presidente demócrata o no, supongo que el día que Claudia Sheimbaum se ponga la banda presidencial, será el día que rompa con AMLO o por lo menos que tome sus propias decisiones. Una de ellas y muy importante es quien será el próximo General de División que será el Secretario de la Defensa Nacional, que divisionarios en activo no hay muchos, esta decisión no puede tomarla AMLO, sobre todo debido a la enorme relevancia que se le ha dado a las fuerzas armadas.
Lo que una parte de la población teme es una dictadura y el Andrés Manuel, que no quería al ejército y tanto lo atacó hoy es quien más poder le ha dado, la Dra. Sheimbaum fue opositora radical al ejército, fue una mujer de lucha, estudiantil, que participó en lo que quedaba en ese momento del comité de huelga antagónico a los gobiernos represores, que utilizaban al ejército para ello.
Al presidente López Obrador hay dos cosas que le molestan sobre manera, el que lo acusen de ser “narco presidente” y el que algunos de sus colaboradores hayan sido tan corruptos como los que él criticaba, por cierto entre ellos, sus hijos.
Cada día la información llega más rápidamente y con seguridad habrán después del relevo presidencial, gente a quien perseguir y fincarle responsabilidades penales, por ello es que no es un asunto menor el que sea Claudia o AMLO, quien escoja al General Secretario y ese hombre tendrá que decidir si su lealtad está con quien es comandante en jefe o con la Constitución:
@FSchutte
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