Andrea Castellano Arrechea

Estudiante de comunicación de 8vo semestre en la Universidad Panamericana

La generación Z mexicana enfrenta un desafío monumental: erradicar la apatía política y transformarla en una participación activa y consciente en el proceso democrático del país. La apatía política, definida como un estado de indiferencia y falta de interés hacia la política, ha permeado entre los jóvenes, quienes, a pesar de estar inmersos en una era digital de acceso inmediato a la información, muestran una desconexión alarmante con la vida política de su nación.

Es esencial reconocer que la participación política va más allá del mero acto de votar. Implica un compromiso continuo con los asuntos públicos, la búsqueda de información relevante y la construcción de una conciencia cívica sólida. Los jóvenes, como agentes de cambio y futuro de la nación, tienen el poder de influir en las decisiones políticas y moldear el rumbo de su país.

Para combatir la apatía política, es fundamental establecer canales de comunicación efectivos que acerquen a los jóvenes a la política. Se requiere de plataformas accesibles que proporcionen información clara y concisa sobre los funcionarios públicos, sus propuestas y los temas de relevancia nacional. Además, es necesario promover un discurso político que sea claro, fácil de entender y constante, abordando no solo los problemas inmediatos, sino también los valores y principios que sustentan la democracia y la justicia social.

Las elecciones de 2024 representan una oportunidad histórica para la generación Z mexicana. Con más de 26 millones de jóvenes entre 18 y 29 años con derecho al voto, tienen el potencial de impulsar un cambio significativo en la política nacional. Es fundamental que los jóvenes reconozcan su poder como ciudadanos y ejerzan su derecho al voto de manera informada y responsable.

En última instancia, erradicar la apatía política en la generación Z requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad en su conjunto. Los líderes políticos, las instituciones educativas, los medios de comunicación y la sociedad civil deben trabajar juntos para promover una cultura de participación cívica y empoderar a los jóvenes para que se conviertan en agentes activos de cambio en su país. El futuro de México depende de ello.