El martes 8 de septiembre Luis Videgaray, Secretario de Hacienda, entregó la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación a la Cámara de Diputados, con dos noticias relevantes y criterios que llaman la atención: que no se aumentarían los impuestos como el IVA a alimentos y bebidas y el gobierno será el que se apretará el cinturón con un plan de austeridad, a fin de enfrentar la situación económica nacional e internacional.
En cuanto a los criterios, llaman la atención dos: que dada la volatidad financiera internacional, la baja en los precios del petróleo, el comportamiento del tipo de cambio, se haya estimado un precio para el barril de petróleo de 50 dólares y el tipo de cambio a menos de 16 pesos por dólar.
Se anuncia, asimismo, el Plan de Austeridad en el gasto del gobierno, lo cual es relativo. No podemos dejar de tomar en cuenta que es un generador de empleo y que realiza obras que requieren servicios de terceros. Estas continuarán, sin embargo, habrá que hacerle un hoyito más al cinturón. Será un tiempo difícil. La contracción en el crecimiento de la economía da cuenta de ello, a pesar de las previsiones hechas en el sentido de ajustar programas, evitar duplicidad de funciones, reducir gastos administrativos y de una reingeniería del gasto contra resultados.
Las repercusiones se han empezado a sentir pero en los próximos meses y en 2016 se experimentarán, a no dudarlo. Aún antes de la entrega del Paquete Económico se podían observar los mercados, tianguis, supermercados, tiendas departamentales con pocos compradores y en oferta permanente. Los consumidores compran menos, están preocupados.
Necesario el Plan de Austeridad Gubernamental, ingrato también. Se asumirá, a no dudarlo, una actitud conservadora del gobierno, los patrones y los trabajadores. Quienes tengan trabajo no se moverán, los patrones inteligentes harán del momento, oportunidad, el resto se restringirá y el que tenga más saliva tragará más pinole. Imaginación, creatividad, capacidad emprendedora, competitividad serán las herramientas para enfrentar la nueva crisis, una más de las que de manera sucesiva se han vivido desde hace 40 años, las que nos han forzado a encontrar nuevos caminos en los que el ingenio se ha desarrollado. Ahí está México en los primeros lugares en la producción de vehículos, de piezas para los aviones, en la mecatrónica, líder en la fabricación de televisores, y compitiendo en muchas ramas más.
Las actividades que seguramente se verán más afectadas serán las de los prestadores de servicios.
¿Y la deuda interna?
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