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lunes, 15 de julio de 2019

Dobleces / Los dos Romero

Israel Mendoza Pérez
@imendozape

El repliegue político y de activismo sindical de Carlos Romero Deschamps, dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), se debe a la existencia varios componentes que juegan en su contra en este momento. Primeramente dejó de ser un interlocutor cercano al director de Pemex y le sigue la agitación formal del Sindicato Petroleros de México (Petromex). Al menos, este sindicato lleva un trimestre con existencia formal y trabaja en una afiliación nacional.

Este sindicato disidente no tiene cercanía con el PRI, como sí la intensificó Romero Deschamps en los 26 años que lleva al frente del gremio petrolero y que gracias a ese instituto político consiguió puestos de elección popular que se convirtieron en su principal blindaje.

La primera vez que se le tenía en el encordado a Romero Deschamps fue en el sexenio de Vicente Fox ya que él y su contralor Francisco Barrio Terrazas intentaron, sin fuerza, frenar su carrera sindicalista con el llamado Pemexgate. Sin embargo, todo quedó en una escaramuza mediática. La metáfora de atrapar “peces gordos” quedó en el ancedotario y en una de las deudas del sexenio del cambio.

Y es que en el PRI, Romero Deschamps tiene una coraza protectora. En 2016 los “Petroleros activos en evolución por un México nuevo” con respaldo de la Corriente Crítica del PRI solicitaron de manera formal suspender los derechos políticos como militante de Carlos Romero. Era la época de la dirigencia de Enrique Ochoa Reza, incluso le solicitaron el desafuero del dirigente petrolero ya que era senador de la República. El promovente visible de esa solictud fue Felipe Raúl Torres Montalvo. Hasta el momento, ha sido el único grupo opositor al dirigente sindical en hacer una solicitud de retirarlo del revolucionario institucional.

En ese caso, la petición de suspensión de sus derechos políticos la tiró la Comisión nacional de justicia partidaria ya que Torres Montalvo no fue ubicado en el padrón y sólo los militantes tienen derecho a promover ese tipo de mecanismo sancionadores. Y del año 2000 a la fecha, el PRI no tiene algún proceso de expulsión en contra del Carlos Antonio Romero Deschamps.

Otro motivo por el que Romero Deschamps se encuentra atrincherado en las oficinas de Zaragoza número 15 es que la cercanía del director general de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza es nula. A niveles de que el contacto se ha diluido y en los primeros seis meses de llegada de la 4-T no se tienen registros de reuniones entre ambos personajes.

Por el momento no hay documentos, acuerdos, convenios, memorándums de entendimiento, suscritos por Romero Oropeza y Romero Deschamps. Tampoco existen minutas, archivos o documento alguna que refiera o de donde se pueda extraer la información reuniones suscritas por ambos personajes.

Si a esto se le suma el activismo de Petromex son síntomas de que el silencio se debe a que vuelve la presión contra Romero Deschamps para que tenga una salida elegante antes de que los grupos de la disidencia histórica y el nuevo sindicato presionen a niveles críticos. Aunque sabe el bando opositor a Carlos Romero que todo debe ser con la mesura necesaria ya que el dirigente sindical se reeligió para estar al frente del STPRM hasta el 2024.

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